La crioterapia de cérvix uterino es un tratamiento ginecológico que se utiliza para eliminar células anormales del cuello uterino mediante la aplicación de frío extremo. Es un procedimiento mínimamente invasivo que ha ganado popularidad en los últimos años como alternativa efectiva para prevenir el cáncer cervical en mujeres con lesiones precancerosas. A continuación, detallamos sus características, cómo se realiza, los beneficios, riesgos y más.

¿Qué es la crioterapia de cérvix uterino?

La crioterapia del cérvix uterino es un tratamiento que utiliza nitrógeno líquido o dióxido de carbono para congelar y destruir las células anormales presentes en la superficie del cuello uterino. Se emplea principalmente cuando se detectan lesiones precancerosas, conocidas como displasias cervicales, en exámenes de Papanicolaou o colposcopías. Estas células anormales pueden evolucionar a cáncer si no se tratan adecuadamente.

El objetivo de la crioterapia es eliminar estas células dañinas y promover la regeneración de tejido sano.

¿Cuándo es recomendable realizar la crioterapia?

La crioterapia se recomienda en mujeres que presentan una de las siguientes condiciones:

  • Displasia cervical leve a moderada (también conocida como neoplasia intraepitelial cervical – NIC I o NIC II).
  • Verrugas genitales causadas por el virus del papiloma humano (VPH).
  • Cambios celulares anormales detectados en un examen de Papanicolaou o colposcopia.
  • Cervicitis crónica, que no responde a otros tratamientos.

Es importante que podamos descartar la presencia de cáncer antes de realizar el procedimiento, ya que la crioterapia está indicada únicamente para lesiones precancerosas.

¿Cómo se realiza el procedimiento?

La crioterapia de cérvix uterino es un procedimiento ambulatorio, lo que significa que no requiere hospitalización y generalmente se realiza en la consulta de un ginecólogo. El proceso suele durar entre 10 y 15 minutos y sigue los siguientes pasos:

  1. Preparación: La paciente se coloca en posición ginecológica, similar a la de un examen pélvico.
  2. Aplicación del criógeno: El ginecólogo introduce un instrumento llamado criosonda en la vagina. Este dispositivo está conectado a una fuente de nitrógeno líquido o dióxido de carbono.
  3. Congelación: La criosonda se coloca en contacto con las áreas afectadas del cérvix y libera el criógeno para congelar las células anormales. El tiempo de congelación puede variar entre 3 y 5 minutos.
  4. Recalentamiento y repetición: Después de la congelación inicial, el cérvix se deja calentar brevemente y luego se repite el proceso para asegurar que todas las células anormales hayan sido destruidas.
  5. Finalización: Una vez que se completa el procedimiento, el médico retira el dispositivo y la paciente puede volver a sus actividades cotidianas con algunas precauciones.

¿Cuáles son los beneficios de la crioterapia de cérvix uterino?

Este procedimiento presenta múltiples ventajas para las pacientes:

  • Eficacia: La crioterapia es altamente efectiva en la eliminación de células precancerosas en el cuello uterino, con una tasa de éxito que supera el 90% en lesiones leves a moderadas.
  • Rápida recuperación: Dado que es un procedimiento mínimamente invasivo, las mujeres pueden retomar sus actividades diarias casi de inmediato, con una recuperación completa en aproximadamente 4 a 6 semanas.
  • Sin necesidad de anestesia general: Aunque puede generar una sensación de incomodidad o calambres, generalmente no requiere anestesia general, lo que reduce los riesgos asociados.
  • Bajo costo: Comparado con otros tratamientos quirúrgicos, la crioterapia es una opción más económica.

Posibles riesgos y efectos secundarios

Aunque la crioterapia es un procedimiento seguro, como cualquier tratamiento médico, conlleva ciertos riesgos y efectos secundarios:

  • Flujo vaginal acuoso: Es común que las pacientes experimenten un flujo acuoso abundante en los días posteriores al procedimiento, resultado del proceso de curación y la expulsión de las células muertas.
  • Cólicos o molestias: Algunas mujeres pueden sentir cólicos leves durante o después del tratamiento, similares a los calambres menstruales.
  • Riesgo de infección: Aunque raro, existe una posibilidad de infección si no se siguen adecuadamente las recomendaciones de cuidado posterior.
  • Cambios en el cérvix: En casos muy poco frecuentes, puede haber cicatrización excesiva del cérvix, lo que podría afectar futuros exámenes cervicales o la fertilidad.

Cuidados después del procedimiento

Tras la crioterapia, se recomienda seguir ciertas precauciones para asegurar una correcta recuperación:

  • Evitar relaciones sexuales durante al menos 4 semanas o hasta que el médico lo indique.
  • No utilizar tampones ni realizar duchas vaginales, ya que pueden interferir con el proceso de cicatrización.
  • Mantener una higiene adecuada para prevenir infecciones.
  • Atender cualquier síntoma inusual: Si experimentas fiebre, dolor intenso o flujo con mal olor, es importante que contactes a tu médico, ya que podrían ser señales de infección.

Comparación con otros tratamientos para lesiones cervicales

Existen otros métodos para tratar las lesiones precancerosas del cérvix, como la conización, la electrocirugía de asa (LEEP) o la vaporización láser. La elección del tratamiento depende del tamaño y la severidad de las lesiones, así como del historial médico de la paciente. Sin embargo, la crioterapia es frecuentemente preferida por su simplicidad, eficacia y bajo costo.

Comparada con la LEEP, por ejemplo, la crioterapia no requiere anestesia local ni implica un corte en el tejido cervical, lo que la convierte en una opción menos invasiva. Por otro lado, la conización es más adecuada para lesiones más profundas o en mujeres con alto riesgo de desarrollar cáncer.

¿Cuándo se deben realizar controles posteriores?

Tras someterse a una crioterapia de cérvix uterino, es crucial seguir las recomendaciones de tu médico respecto a los controles posteriores. Por lo general, recomendamos realizar un Papanicolaou de seguimiento entre 3 y 6 meses después del procedimiento de crioterapia cervical para asegurar que las células anormales no hayan vuelto a aparecer. En caso de resultados normales, te sugerimos continuar con controles periódicos cada año.