El ejercicio físico adaptado es una de las herramientas más efectivas para mejorar la calidad de vida en personas con enfermedades del corazón. Visitar una clínica cardiológica permite evaluar tu capacidad funcional y definir un programa de actividad seguro y efectivo, ajustado a tu diagnóstico específico.
¿Por qué es beneficioso el ejercicio para el corazón enfermo?
Durante décadas se pensó que las personas con cardiopatías debían limitar su actividad física. Hoy sabemos que la inactividad es más perjudicial. Un programa bien estructurado puede:
- Mejorar la función cardiovascular
- Reducir la frecuencia cardíaca en reposo
- Disminuir la presión arterial
- Controlar el colesterol y la glucemia
- Favorecer el estado anímico y reducir el estrés
La clave está en elegir el tipo, intensidad y duración adecuados para cada caso.
Evaluación médica previa: paso imprescindible

Antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, es indispensable una evaluación cardiológica completa. Esta suele incluir:
- Historia clínica detallada
- Electrocardiograma y ecocardiograma
- Prueba de esfuerzo
- Evaluación funcional (capacidad física actual)
Estos estudios permiten determinar si existe riesgo de arritmias, isquemia o insuficiencia cardíaca descompensada. Solo así es posible diseñar un plan seguro y personalizado.
¿Qué tipo de ejercicio es más recomendable?
En líneas generales, el ejercicio aeróbico de baja a moderada intensidad es el más indicado para personas con enfermedades cardíacas:
- Caminar a ritmo controlado
- Bicicleta estática
- Natación suave
- Ejercicios en agua templada
- Marcha nórdica
El entrenamiento de fuerza con pesos ligeros también puede ser útil si se realiza con técnica adecuada y supervisión profesional.
Cómo medir la intensidad: percepción y control del pulso
Una herramienta sencilla es la escala de esfuerzo percibido (Borg). Se recomienda trabajar en un rango de 11 a 13 (esfuerzo moderado). Además, se puede controlar la frecuencia cardíaca objetivo, que debe ser establecida por el cardiólogo.
Un truco práctico: si puedes hablar mientras haces ejercicio, pero no cantar, estás en la zona adecuada.
Frecuencia y duración: ¿Cuánto es suficiente?
Lo ideal es acumular al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado, distribuidos en 4 a 6 sesiones. Se puede comenzar con 10-15 minutos diarios y aumentar progresivamente.
El calentamiento previo y la vuelta a la calma al final de cada sesión son fundamentales para evitar desequilibrios en el ritmo cardíaco o en la presión arterial.
¿Qué señales indican que se debe detener el ejercicio?

Durante el entrenamiento, es crucial estar atento a síntomas de alarma:
- Dolor o presión en el pecho
- Falta de aire fuera de lo habitual
- Mareo, visión borrosa o desmayo
- Palpitaciones irregulares o aceleradas
- Fatiga desproporcionada
Ante cualquiera de estos síntomas, se debe detener la actividad de inmediato y consultar con el médico.
Rehabilitación cardíaca: ejercicio supervisado y seguro
Muchos hospitales y clínicas cardiológicas ofrecen programas de rehabilitación cardíaca, ideales para quienes se recuperan de infartos, cirugías cardíacas o tienen insuficiencia cardíaca.
Estos programas combinan ejercicio supervisado, educación en salud cardiovascular, nutrición, manejo del estrés y apoyo psicológico. Se adaptan a cada paciente y permiten entrenar con monitoreo continuo de frecuencia cardíaca, presión y signos clínicos.
El impacto emocional del ejercicio en el paciente cardíaco
El ejercicio regular no solo mejora parámetros físicos. También es un potente modulador del estado de ánimo. Disminuye la ansiedad, mejora el sueño y aumenta la autoestima, factores clave para la adherencia al tratamiento y la prevención de nuevos eventos cardíacos.
La sensación de control y autonomía que recupera el paciente con enfermedad cardíaca al moverse sin miedo es un componente terapéutico esencial.
El ejercicio, bien prescrito y adaptado, no solo es seguro para personas con enfermedades cardíacas, sino altamente beneficioso. Combate la progresión de la enfermedad, reduce el riesgo de complicaciones y mejora la calidad de vida.
Si tienes una condición cardíaca o síntomas que limitan tu actividad física, te invitamos a programar una consulta cardiológica en nuestra clínica cardiológica en Lima, donde diseñaremos un plan específico para ti con el respaldo médico que necesitas. ¡Te esperamos!