La presión arterial baja, también conocida como hipotensión, es una condición en la que la presión sanguínea se encuentra por debajo de los valores normales. Aunque no siempre representa un problema de salud, en algunos casos puede provocar mareos, desmayos y otros síntomas que afectan la calidad de vida. En este artículo, analizamos sus causas, síntomas y cómo tratarla. ¡Vamos!
¿Qué es la presión arterial baja?
La presión arterial mide la fuerza con la que la sangre circula por las arterias. Se considera hipotensión cuando los valores están por debajo de 90/60 mmHg. Mientras que la hipertensión es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, la presión baja puede causar problemas si afecta la correcta oxigenación de los órganos.
Causas de la presión arterial baja
La hipotensión puede tener múltiples causas, algunas temporales y otras relacionadas con enfermedades subyacentes:
- Deshidratación: La falta de líquidos reduce el volumen sanguíneo y puede bajar la presión.
- Cambios posturales: La hipotensión ortostática ocurre cuando la presión cae bruscamente al ponerse de pie.
- Alimentación insuficiente: Deficiencias de vitamina B12, hierro o folato pueden causar presión baja.
- Problemas cardíacos: Arritmias o insuficiencia cardíaca pueden dificultar el bombeo de sangre.
- Endocrinopatías: Problemas en la tiroides o las glándulas suprarrenales pueden afectar la regulación de la presión.
- Efectos secundarios de medicamentos: Algunos fármacos para la hipertensión, antidepresivos o diuréticos pueden provocar hipotensión.
- Embarazo: Durante la gestación, es común que la presión arterial disminuya debido a los cambios hormonales.
Tipos de presión arterial baja
Dependiendo de la causa y los síntomas, la hipotensión se clasifica en diferentes tipos:
- Hipotensión ortostática: Ocurre al levantarse rápidamente después de estar sentado o acostado.
- Hipotensión posprandial: Se produce después de comer, especialmente en adultos mayores.
- Hipotensión neuromediada: Se debe a una respuesta anormal del sistema nervioso, afectando la regulación de la presión.
- Hipotensión severa o por shock: Se asocia con condiciones graves como infecciones o hemorragias.
Síntomas de la presión arterial baja
Los síntomas pueden variar dependiendo de la persona y la gravedad de la hipotensión. Entre los más comunes se encuentran:
- Mareos o sensación de inestabilidad
- Desmayos o pérdida temporal del conocimiento
- Visión borrosa
- Náuseas
- Fatiga y debilidad
- Confusión o dificultad para concentrarse
- Piel fría y húmeda en casos más graves
Si estos síntomas aparecen con frecuencia o afectan la calidad de vida, es importante acudir a una consulta cardiológica.
¿Cuándo es peligrosa la presión arterial baja?
En algunos casos, la hipotensión puede ser un signo de una condición médica subyacente. Es recomendable buscar atención médica si:
- La presión baja provoca desmayos recurrentes.
- Se presentan síntomas como dolor en el pecho o dificultad para respirar.
- Ocurre después de una lesión con pérdida de sangre.
- Aparece en personas con enfermedades cardíacas o neurológicas.
Diagnóstico de la hipotensión
Para evaluar la presión arterial baja, el cardiólogo puede realizar diversas pruebas:
- Medición de la presión arterial en diferentes posiciones: Para detectar hipotensión ortostática.
- Prueba de esfuerzo: Evalúa la respuesta de la presión arterial durante el ejercicio.
- Electrocardiograma (ECG): Permite detectar problemas cardíacos.
- Análisis de sangre: Para identificar deficiencias nutricionales o alteraciones hormonales.
Tratamientos y recomendaciones para la presión arterial baja
El tratamiento dependerá de la causa de la hipotensión. Algunas estrategias que pueden ayudar a mejorar la presión son:
- Aumentar la ingesta de líquidos: Beber suficiente agua previene la deshidratación y mantiene el volumen sanguíneo.
- Consumo moderado de sal: En algunos casos, un leve aumento del sodio en la dieta puede ser beneficioso.
- Comer pequeñas porciones con más frecuencia: Evita bajadas bruscas de presión después de las comidas.
- Evitar cambios bruscos de postura: Incorporarse lentamente al levantarse de la cama o una silla.
- Usar medias de compresión: Ayudan a mejorar la circulación y prevenir la acumulación de sangre en las piernas.
- Ejercicio regular: Actividades como caminar o nadar pueden mejorar la circulación sanguínea.
Si la hipotensión es causada por un medicamento, el médico cardiólogo podría ajustar la dosis o cambiar la medicación.
¿Cómo prevenir la presión arterial baja?

Para mantener una presión arterial equilibrada, es recomendable:
- Seguir una dieta equilibrada con suficientes líquidos y sales minerales.
- Evitar estar mucho tiempo de pie sin moverse.
- Realizar actividad física para mejorar la circulación.
- Controlar enfermedades subyacentes que puedan influir en la presión arterial.
Si tienes algún problema cardiaco, molestia o síntoma no dudes en acudir a nuestra Clínica Cardiológica en Lima, estaremos gustosos de atenderte. Ubícanos como Cardiología en San Isidro. ¡Te esperamos!