El herpes genital es una infección de transmisión sexual (ITS) que puede causar preocupación y confusión, especialmente por la falta de información precisa que existe al respecto. Es una condición común que afecta a millones de personas en todo el mundo, y reconocer sus síntomas es clave para buscar atención médica y evitar la transmisión. En este artículo, explicaremos cómo identificar sus síntomas, cómo se diagnostica y qué opciones de tratamiento existen. ¡Vamos!

¿Qué es el herpes genital?

El herpes genital es causado por el virus del herpes simple (HSV, por sus siglas en inglés), que se presenta en dos tipos: el HSV-1, que suele causar herpes labial, y el HSV-2, que es la principal causa de herpes genital. Ambos tipos pueden afectar el área genital, y la infección se transmite principalmente a través del contacto sexual con alguien que tiene el virus.

El herpes genital se caracteriza por brotes intermitentes, en los cuales las lesiones activas pueden reaparecer, seguidas de periodos sin síntomas.

Principales síntomas del herpes genital

Los síntomas del herpes genital varían de persona a persona y pueden confundirse con otros problemas de la piel o infecciones. A continuación, los síntomas más comunes:

  • Ampollas y úlceras dolorosas: Estas son pequeñas ampollas que aparecen en el área genital, el recto o las áreas circundantes. Las ampollas pueden romperse y convertirse en úlceras que suelen ser dolorosas.
  • Dolor al orinar: Cuando las úlceras están cerca de la uretra, puede haber dolor o ardor al orinar.
  • Picazón o ardor en el área genital: A menudo, las personas sienten picazón, hormigueo o ardor en la piel antes de que aparezcan las lesiones.
  • Síntomas similares a la gripe: Algunas personas pueden experimentar fiebre, dolor de cabeza, cansancio y dolor muscular durante el primer brote.

Es importante tener en cuenta que algunas personas pueden tener herpes genital y no experimentar síntomas, lo que se conoce como infección asintomática.

Cómo se transmite el herpes genital

El herpes genital se transmite principalmente a través del contacto sexual, incluyendo relaciones vaginales, anales y orales con alguien que tiene el virus activo. También es posible contraer herpes genital mediante el contacto con las lesiones, la piel o las mucosas de alguien infectado, incluso si no hay síntomas visibles. Es menos común, pero también se puede transmitir a través del contacto con objetos contaminados, aunque el virus no sobrevive mucho tiempo fuera del cuerpo.

Diferencias entre el herpes genital y otras infecciones

El herpes genital puede confundirse con otras infecciones debido a la similitud en sus síntomas. Por ejemplo:

  1. VPH (Virus del Papiloma Humano): El VPH también puede causar lesiones genitales, pero suele presentar verrugas ano vaginales, no ampollas dolorosas.
  2. Sífilis: La sífilis puede causar llagas indoloras en los genitales, pero estas suelen ser diferentes de las ampollas dolorosas del herpes.
  3. Infección por hongos: Las infecciones por hongos causan picazón y enrojecimiento, pero no ampollas o úlceras.

La mejor forma de saber si tienes herpes genital es consultar a un médico y realizarte pruebas específicas.

Diagnóstico del herpes genital

El diagnóstico de herpes genital puede realizarse a través de diferentes métodos. Un profesional de salud, ginecólogo especialista, suele evaluar los síntomas y puede recomendar los siguientes análisis:

  • Cultivo de la lesión: Se toma una muestra de las ampollas o úlceras para analizarla y detectar la presencia del virus.
  • Prueba PCR: Es una prueba de ADN que detecta el material genético del virus y es altamente precisa, especialmente en infecciones activas.
  • Análisis de sangre: Puede detectar anticuerpos del HSV y ayuda a confirmar la presencia de una infección, incluso si no hay síntomas visibles.

Consultar con un profesional de la salud es fundamental para obtener un diagnóstico claro y preciso.

Tratamiento y manejo del herpes genital

El herpes genital no tiene cura, pero existen tratamientos antivirales que pueden ayudar a reducir la duración y frecuencia de los brotes. Los tratamientos comunes incluyen:

  • Antivirales: Medicamentos como el aciclovir, el valaciclovir y el famciclovir pueden ayudar a reducir la duración de los síntomas y minimizar el riesgo de transmisión.
  • Analgésicos y cuidados de la piel: Los analgésicos de venta libre pueden aliviar el dolor, y mantener el área limpia y seca ayuda a la recuperación.
  • Terapia supresiva: Para personas con brotes frecuentes, el médico puede recomendar el uso diario de antivirales para reducir la probabilidad de reaparición.

El tratamiento ayuda a controlar los síntomas y a minimizar el impacto de la infección en la calidad de vida.

Prevención del herpes genital

La prevención del herpes genital se basa en prácticas de sexo seguro y precauciones adicionales. Algunos métodos incluyen:

  1. Uso de preservativos: Los preservativos de látex reducen el riesgo de transmisión, aunque no lo eliminan por completo.
  2. Evitar el contacto durante brotes: Es importante abstenerse de tener relaciones sexuales durante un brote activo, ya que el riesgo de transmisión es mayor.
  3. Pruebas de ITS regulares: Hacerse pruebas de ITS de manera regular permite identificar infecciones y reducir el riesgo de transmisión a otras personas.

Mantener una comunicación abierta con las parejas sexuales y realizar pruebas periódicas también son medidas efectivas para prevenir el contagio.

¿Cuándo debo acudir al médico?

Es recomendable acudir al médico ginecólogo si experimentas síntomas como ampollas, dolor o picazón en el área genital. También es fundamental buscar atención médica si has tenido contacto sexual con alguien que tiene herpes genital, incluso si no presentas síntomas. Un diagnóstico y tratamiento oportuno son esenciales para manejar la infección y evitar complicaciones. Agenda una chequeo ginecológico integral o visita nuestra Clínica Ginecológica en Lima. ¡Te esperamos!